Este es el séptimo de una serie de reportes periódicos que el CEDE publica con un análisis gráfico de la evolución del Covid-19 en Colombia a partir de los datos públicos de salud. El análisis, de Jorge Tovar, lo pueden seguir también con actualizaciones diarias en su cuenta de Twitter @JorgeATovar.
Han pasado ya tres semanas desde el inicio de la nueva normalidad durante la cual, tal como ilustra la Figura 1, ha caído el número de casos diagnosticados. Más allá del menor número de pruebas durante el período de la nueva normalidad, destaca que el descenso presenta una pendiente menor a la observada durante el ascenso. Este patrón es consistente con lo observado en otras latitudes en los que se llega al pico en menor tiempo que el que se llega al punto más bajo.
Con el fantasma de la segunda ola en el aire, vale la pena evaluar cómo han reaccionado durante la pandemia el número de casos por grupos de edad. La importancia de este indicador radica en que en otros países hay evidencia de que en la segunda ola los jóvenes se infectan desproporcionalmente más. Esto es particularmente importante porque implica una menor letalidad del virus, aun cuando esto deba interpretarse con precaución. A medida que la segunda ola toma fuerza, y con más jóvenes infectados, el virus termina por llegar nuevamente a la población mayor, como en la primera ola. Se esperaría entonces un repunte de la mortalidad.
La Figura 2 presenta la composición de casos a lo largo de la pandemia por grupos de edad. Se presentan estos por fecha de diagnóstico hasta el último día disponible, es decir, sin considerar el rezago natural en el reporte. En otras palabras, se supone que la composición del rezago es más o menos homogénea a través de grupos de edad. Si bien los datos están suavizados para facilitar la interpretación gráfica, cabe destacar que apenas se observan giros menores en algunos grupos de edad específicos.
Con el fin de ayudar aún más en la interpretación de los datos, las cajas dentro de la Figura 2 presentan los datos de casos diagnosticados positivos en meses seleccionados. Si se compara abril con agosto, no hay cambios mayores a un punto porcentual. En particular, la participación del grupo de edad de 21 a 40 años se ha incrementado en al menos un punto porcentual. En compensación, el grupo de edad de 51 a 80 años ha perdido al menos un punto porcentual.
La Figura 3 presenta para Bogotá los mismos datos de la Figura 2. Llama la atención porque los cambios entre los mismos meses de abril a agosto han sido más fuertes. Primero el incremento ha sido hasta de 2 puntos porcentuales (en el rango de 21 a 30 años), y cubre más grupos (los de 6 a 20 años. Las caídas en participación de los grupos mayores también han sido más significativas, particularmente en los mayores de 60 años.
En resumen, los casos están cayendo al ritmo natural si se considera la experiencia internacional. En espera de la segunda ola hay unos cambios aún marginales entre los casos positivos según el grupo de edad. La evidencia disponible, sin embargo, sugiere que los jóvenes están siendo proporcionalmente más propensos a enfermarse, siendo el efecto algo más notorio en Bogotá.
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