Este es el primero de una serie de reportes periódicos que el CEDE publicará con un análisis gráfico de la evolución del Covid-19 en Colombia a partir de los datos públicos de salud. El análisis, de Jorge Tovar, lo pueden seguir también con actualizaciones diarias en su cuenta de Twitter @JorgeATovar .
Con base en la información publicada por el Instituto Nacional de Salud, y basado en la fecha de inicio de síntomas, los datos sugieren que aún no se toca pico (Figura 1). Si bien es cierto que no todos los casos son sintomáticos, a finales de julio, la tendencia en el porcentaje de casos asintomáticos se mantiene relativamente constante lo que sugiere que la fecha de inicio de síntomas es un buen indicador para analizar la pandemia.
La curva de casos por fecha de diagnóstico (la curva roja en la Figura 1), corta hacia abajo porque los casos de pacientes positivos por coronavirus se reportan con cierto rezago. Ello hace que en fechas recientes haya una caída que no necesariamente se corresponde con lo que está realmente sucediendo. La Figura 1 también reporta cómo el número de pruebas ha venido creciendo, especialmente desde mediados de julio. A la fecha se reportan resultados por algo más de 40.000 pruebas diarias, pero la tasa de positivos por número de pruebas realizadas sigue estando alto, del orden del 20%.
Un debate constante durante la pandemia ha sido sobre la mortalidad efectiva y su contabilidad. Es importante entender que la información de mortalidad, no sólo en pandemia, siempre registra algún subreporte. Gracias a la información de estadísticas vitales que reporta el DANE, es posible hacerse un dibujo del nivel de impacto de la pandemia. La Figura 2 muestra claramente un exceso de mortalidad hasta la semana 26 del 2020 (15-21 junio), cuya causa será motivo de debate académico por muchos años. Con base en los datos de la gráfica, es decir, comparando las semanas 22 a 26, ambas inclusive, entre 2020 y el promedio de 2017 a 2019, el exceso de mortalidad rondaría el 17,8%. Si se compara respecto al último lustro, 2015-2019, el exceso de mortalidad sería del 21,1%.
Si bien el coronavirus ha influido en la mortalidad, también es posible que la mortalidad se haya incrementado por el cambio en el comportamiento individual y las restricciones a la movilidad. Evidentemente la política de cuarentena busca reducir la mortalidad, al tiempo que pretende dar tiempo al sistema de salud para prepararse de cara al número de potenciales enfermos por Covid19. Sin embargo, cuanto más larga la cuarentena y más intensos los cambios de comportamiento individuales, más efectos colaterales pueden tener, pues un número de individuos con otras enfermedades puede haber dejado de asistir a chequeos médicos preventivos que podrían haber evitado padecimientos que en tiempos normales serían controlables. Otros efectos, asociados a reducción de ingreso, desmejora de bienestar, con efectos en el mediano y largo plazo sobre la salud también están por establecerse. En la práctica, aún está por determinarse los efectos netos sobre mortalidad de la pandemia.