Este es el tercero de una serie de reportes periódicos que el CEDE publica con un análisis gráfico de la evolución del Covid-19 en Colombia a partir de los datos públicos de salud. El análisis, de Jorge Tovar, lo pueden seguir también con actualizaciones diarias en su cuenta de Twitter @JorgeATovar.
Colombia pasó de 41.434 pruebas/día el 14 de agosto de 2020 a 33.967 el día 22. La caída en el número de pruebas no se corresponde con una menor tasa de positividad. Es decir, el número de casos positivos por número de pruebas realizadas superó ampliamente el 20% durante los últimos siete días. Un número aún alto, y con perspectiva negativa.
A medida que la pandemia ceda, el número de personas que se recuperan aumenta, y el caso de diagnósticos nuevos va a caer. La Figura 1 ilustra la evolución diaria de este indicador. Si el número de individuos recuperados supera al de nuevos diagnósticos el indicador debe ser mayor a uno. Los nuevos diagnósticos, sin embargo, se reportan con rezago, con lo cual hay que enfocarse en la línea continua, la tendencia. Se observa que esta ha crecido ligeramente las últimas tres semanas de julio, pero aún no crece decididamente. Esto refuerza la idea de que el número de casos positivos es aún significativo.
Hay, sin embargo, razones para el optimismo esta semana. La Figura 2 reporta el número de casos con coronavirus en Colombia tanto por la fecha en que los afectados sintieron los primeros síntomas, como por fecha de diagnóstico (el día que salió reportada positiva la prueba). Ambas curvas muestran signos de aplanamiento. Esto sugiere que, si no se ha pasado el pico de la pandemia, sí estamos entrando en una meseta donde la reproducción de casos parece haber dejado de ser exponencial.
La Figura 3 corrobora los hallazgos anteriores utilizando datos de las cuatro principales ciudades del país. Con base en la fecha de inicio de síntomas, Barranquilla alcanzó su pico la última semana de junio. En Bogotá y Medellín los datos de la semana entrante aún deben corroborar que se alcanzó el pico de la pandemia, pero la evidencia sugiere que se está superando los peores días. Cali, por su parte, entró en una meseta desde mediados de julio.
En resumen, los datos sugieren que lo peor de la pandemia, al menos en su primera ola, ha pasado. Pero aún no evolucionan en la misma dirección todos los indicadores disponibles. En cualquier caso, las ciudades que van alcanzando el pico deben tener presente, según muestra la experiencia internacional (y también Barranquilla), que el descenso es largo, y con sube y bajas constantes. Descuidos en las medidas de distanciamiento y protección de los habitantes puede dar al traste con la ruta de descenso.