Este es el cuarto de una serie de reportes periódicos que el CEDE publica con un análisis gráfico de la evolución del Covid-19 en Colombia a partir de los datos públicos de salud. El análisis, de Jorge Tovar, lo pueden seguir también con actualizaciones diarias en su cuenta de Twitter @JorgeATovar.
El gobierno nacional decidió esta semana reducir drásticamente las restricciones de confinamiento. Los datos acompañan el optimismo de las autoridades. La Figura 1, muestra que el número de casos, considerando la fecha de inicio de síntomas (línea verde) efectivamente ha tocado techo. La caída, como nos ha enseñado la experiencia internacional es lenta, con muchos quiebres tal como se aprecia en la gráfica. La línea roja, cabe aclarar, indica los casos por fecha de diagnóstico. Si bien la caída es más pronunciada esto se debe a que los casos se reportan con rezago. Es decir, los últimos días disponibles suele haber reportes de menos casos diagnosticados de los que efectivamente hay.
A seguir con relativa preocupación la alta tasa de positividad. En los últimos 7 días, una de cada cuatro pruebas realizadas ha salido positiva. Esto a pesar de la caída en el número de pruebas PCR, que han disminuido casi un 25% desde el pico de alrededor de 40.000 diarias que se realizaron a mediados de agosto.
En cualquier caso, según ilustra la Figura 2, el cambio es notorio. La gráfica presenta la evolución diaria del número de recuperados respecto al total de casos diagnosticados. A medida que el número de los primeros superen a los segundos, es decir, cuando el indicador supera el uno, se entiende que la pandemia empieza a ceder. La tendencia en la gráfica, representada con rezago por el tema de los reportes tardíos de los casos diagnosticados discutido antes, muestra que en Colombia ya se están recuperando más individuos que casos nuevos se diagnostican. Es la primera vez desde el inicio de la pandemia.
La mejora en los indicadores, el del número de casos en particular, no es uniforme a través del país. La Figura 3 muestra que Bogotá pasó el pico, pero la caída se está mostrando lenta, incluso con ligera tendencia a revertirse. En contraste, Barranquilla y Medellín, muestran un descenso sólido, particularmente la primera. Cali, en cambio, se encuentra en una meseta, y está por iniciar de manera decidida la caída en el número de casos.
En resumen, la pandemia ha tocado techo en los últimos días. Pero aún no es consistente, ni uniforme en el país. La necesaria reactivación económica debe venir acompañada de distanciamiento, respeto por las medidas de bioseguridad y responsabilidad colectiva. El riesgo de la segunda ola está presente y es labor de todos retrasarla, o evitarla.