De la promesa global a la evidencia local: El impacto de los cursos en línea en el mercado laboral colombiano
16 de septiembre de 2025
Román Andrés Zárate, Profesor Asistente, Departamento de Economía, Universidad de Toronto.
Doctorado: MIT.
Pregrado y maestría: Universidad de los Andes.Página web del autor: https://www.razarate.com/
Sobre la iniciativa voces: https://economia.uniandes.edu.co/voces
Hace poco más de una década, los llamados cursos masivos en línea (conocidos como MOOCs, por sus siglas en inglés) irrumpieron en el panorama educativo mundial con una promesa ambiciosa: democratizar el acceso al conocimiento de universidades de élite. Algunos periódicos internacionales llegaron a bautizar el 2012 como “el año del MOOC”, celebrando la posibilidad de que cualquier persona, desde cualquier rincón del mundo, pudiera acceder a clases de Stanford, Harvard o el MIT con solo una conexión a internet.
El entusiasmo en ese momento fue enorme. Entre 2012 y 2015, más de 25 millones de personas se inscribieron en estas plataformas. Sin embargo, más de diez años después de esa promesa inicial, no existe evidencia clara de si los MOOCs logran o no mejorar la empleabilidad de quienes los completan y el debate internacional sobre su verdadero impacto sigue abierto.
En Colombia, esta pregunta es particularmente relevante. El país enfrenta el reto de mejorar la empleabilidad de jóvenes y adultos que, aun con formación universitaria, muchas veces terminan atrapados en la informalidad o el desempleo. En este contexto, los MOOCs parecen ofrecer la posibilidad de mejorar las habilidades de sus usuarios. Adicionalmente, al completar un MOOC, los usuarios reciben un certificado que sirve de garantía para los potenciales empleadores en el mercado laboral.
En trabajo conjunto con Stephanie Majerowicz, y en alianza con el Icetex (Lina Núñez y Yineth Rentería) y el Departamento Nacional de Planeación (Alejandro Corrales), realizamos un estudio que evalúa los efectos de completar los MOOCs en el mercado laboral colombiano. En particular, estudiamos un programa implementado durante la pandemia en América Latina, en el que la plataforma Coursera ofreció certificados gratuitos para quienes completaran cursos. La plataforma se alió con diferentes instituciones públicas de la región para ofrecer el programa, incluyendo el Icetex.
Dado que el Icetex recibió más de 21 mil aplicaciones y que los cupos eran limitados, los beneficiarios del programa fueron seleccionados aleatoriamente. La asignación aleatoria permite contar con un diseño experimental para la evaluación, dado que garantiza que la única diferencia entre el grupo de elegibles y los demás postulantes es la posibilidad de recibir los certificados de forma gratuita.
Sin embargo, a pesar de la gratuidad de los certificados, y como sucede en general con los MOOCs, las tasas de finalización fueron muy bajas: solo un 6,2% de los usuarios elegibles completó al menos un curso. Dada esta baja participación, es difícil usar la variación experimental para estimar los efectos de los cursos en línea. Si bien la asignación aleatoria garantiza que los efectos atribuidos al programa no están contaminados por otras variables, el poco poder predictivo de la elegibilidad sobre la tasa de finalización genera que las estimaciones sean muy imprecisas, lo que dificulta identificar los impactos reales del programa.
Por este motivo, para entender mejor el impacto real de esos certificados, implementamos un modelo de diferencias en diferencias emparejado. Esta estrategia empírica compara a quienes completaron cursos con otros postulantes que no lo hicieron, asegurándonos de que ambos grupos tuvieran trayectorias laborales semejantes antes del programa. Así, al observar lo que ocurrió después del programa y teniendo en cuenta las diferencias previas entre los dos grupos, podemos atribuir los cambios en empleo formal al hecho de haber completado un curso. El supuesto detrás de esta estrategia empírica es el que se conoce como tendencias paralelas, que implica que en ausencia del programa la brecha en empleabilidad entre quienes completaron los MOOCs y quienes no hubiera permanecido constante.
Los resultados con esta estrategia muestran impactos positivos de completar los MOOCs sobre la empleabilidad formal. En particular, encontramos que seis meses después del programa quienes completaron los cursos tienen una probabilidad de tener un empleo formal 9 puntos porcentuales más alta. Dada una tasa de formalidad del 40% en la población de postulantes, esto representa un aumento de casi el 25%. La Figura 1 muestra este resultado, graficando la diferencia en empleo formal entre ambos grupos relativo a la brecha de septiembre de 2020.
Adicionalmente, dentro del estudio investigamos la posibilidad de efectos heterogéneos por nivel de ingreso —clasificando a los estratos 0 a 2, donde se encuentra el 42% de los postulantes, como de bajos ingresos y a los estratos 3-6 como altos ingresos— y género. La Figura 2 presenta los resultados por nivel de ingreso. Como se puede observar, existen amplias diferencias entre los dos grupos, con los participantes de bajos ingresos beneficiándose más (con un impacto de 12 puntos porcentuales) de completar los cursos que los participantes de altos ingresos (un impacto de 4 puntos porcentuales estadísticamente indistinguible de 0). En contraste, la Figura 3 muestra que no existen diferencias por género. Si bien los impactos son un poco más altos para las mujeres (11.1 puntos porcentuales), estos no son estadísticamente diferentes de los impactos para los hombres (7.3 puntos porcentuales).
Estos hallazgos muestran que, con los incentivos correctos, los MOOC pueden convertirse en una herramienta real de movilidad social. Los cursos en línea sí pueden mejorar las oportunidades laborales, y su efecto es particularmente fuerte en los sectores más vulnerables. Sin embargo, el gran desafío sigue siendo cómo lograr que más estudiantes logren completar los cursos. Los resultados muestran que, a pesar de los potenciales impactos, la gratuidad, por sí sola, no basta. Se deben contar con estrategias complementarias que incentiven a completar los cursos, dado en especial que estos son valorados por potenciales empleadores en el mercado laboral. El reto de la política pública, por lo tanto, no es solo expandir el acceso a los MOOCs, sino también diseñar mecanismos efectivos de acompañamiento que conviertan la promesa inicial en empleos reales y sostenibles.
Figura 1. Modelo de diferencias en diferencias
Figura 2. Heterogeneidad por nivel de ingreso
Figura 3. Heterogeneidad por género