Impacto y Oportunidades de Mejora de la Educación Media en Colombia
11 de diciembre de 2025
Darío Maldonado, Profesor Escuela de Gobierno, Universidad de los Andes.
Doctorado: Universidad de Toulouse.
Pregrado y maestría: Universidad de los Andes.Página web del autor: https://gobierno.uniandes.edu.co/dario-maldonado-carrizosa/
Sobre la iniciativa voces: https://economia.uniandes.edu.co/voces
La educación media en Colombia corresponde con los últimos dos grados de la secundaria (10 y 11). De acuerdo con la Ley General de Educación tiene una serie de objetivos que incluyen la formación en unas áreas obligatorias, la comprensión de ideas y valores universales y la preparación para la educación superior y al trabajo. Tiene dos caracteres, académico y técnico, que difieren en el balance entre la preparación para la entrada a la educación superior y al trabajo, pero no se exime a la educación técnica de aprendizajes en las áreas obligatorias de la media académica.
La educación media es el nivel educativo bisagra entre la niñez y la adultez. En el sistema educativo colombiano la edad normativa para terminar la educación media son los 17 años. Después de este nivel educativo se espera que haya tránsito a alguna de las modalidades de educación posmedia (universitaria que son los programas de 4 o 5 años o los programas técnicos profesionales, tecnólogos y técnicos laborales que son de 1 a 3 años). Previo a la educación media los estudiantes terminan la educación básica secundaria (grados 6 a 9) que es el último nivel educativo obligatorio. Es el nivel en el que esta sociedad espera que se hayan terminado los aprendizajes fundamentales que deberían permitir a los jóvenes desarrollar proyectos de vida autónomos.
Durante varias décadas en Colombia se ha insistido en la necesidad de reformar la educación media sin resultados. Entre los problemas de ese nivel se han señalado que los profesores no tienen la especialización adecuada y que los currículos de los colegios no responden a las necesidades de los estudiantes para enfrentar la vida adulta.
El programa más importante que tiene Colombia para mejorar ese nivel educativo es el programa de Articulación de la Educación Media - Doble Titulación (AM-DT). El programa consiste en ofrecer a los estudiantes de ese nivel cursos que podrían llevar a una certificación de técnico laboral. Es una formación que se da en contrajornada y busca integrar recursos humanos, físicos y los currículos de ese nivel educativo con la educación posmedia buscando la movilidad educativa, la exploración vocacional y el desarrollo de competencias para la construcción de los proyectos de vida de los jóvenes y su inserción al mundo del trabajo. El programa tiene un año lectivo de actividades en el salón de clase y un año de pasantías trabajando en empresas o desarrollando proyectos productivos. El programa es diseñado por el SENA y el Ministerio de Educación. Para más del 85% de los estudiantes, la implementación del programa está a cargo de las Secretarías de Educación y de las oficinas regionales del SENA de departamentos y municipios del país (en el otro 15% hay articulación con instituciones diferentes al SENA). El programa llega a más de la tercera parte de establecimientos que ofrecen educación media y a un poco más del 40% de estudiantes matriculados en este nivel educativo.
En su diseño, el programa AM-DT trae a la educación media aspectos que son necesarios: oportunidades de exploración, diversificación y de desarrollo de habilidades específicas. LLe hace falta ofrecer oportunidades de remediación, pero eso podría hacerse en el marco de una iniciativa diferente. La pregunta entonces es si el programa AM-DT sí está mejorando las condiciones de los jóvenes al finalizar la educación media.
Recientemente con colegas de la Facultad de Economía y la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes y de la firma IPSOS Napoleón Franco desarrollamos la evaluación de impacto del programa en el marco de una licitación para el Departamento Nacional del Planeación (https://sinergia20app.dnp.gov.co/evaluaciones/1265).
Para la evaluación de impacto usamos los desarrollos recientes para estimar efectos causales usando métodos de diferencias en diferencias cuando la entrada al programa escalonada lo que permite atribuir efectos causales integrando información de colegios que han sido beneficiados y no beneficiados por el programa, así como datos de los dos grupos de colegios en el tiempo. La población objetivo fue los estudiantes beneficiados por el programa entre 2015 y 2022. Encontramos que el programa no tiene impactos estadísticamente significativos sobre el resultado de la prueba Saber 11 y que estimula el acceso a la educación técnica y tecnológica (con un efecto de 8.1%-9.7%) pero no a la universitaria. En el mercado laboral los estudiantes de colegios beneficiados tienen una probabilidad mayor de ingresar en el mercado laboral formal (alrededor del 7.39%) y que reciben salarios 7.74% mayores a los de estudiantes de colegios no beneficiados. El impacto sobre los ingresos es creciente en el tiempo, siendo no significativo hasta el segundo año hasta alcanzar un 16% tras el sexto año.
La evaluación muestra que el programa tiene beneficios que permiten mejoras en la calidad de vida de los beneficiados en particular porque mejora la transición al mercado de trabajo y a la educación técnica y tecnológica. Es notable que el efecto en salarios persista en el tiempo sin desvanecerse pocos años después de la graduación. El aumento en los salarios es suficiente para tener una rentabilidad social alta del programa. Pero también muestra que en las dimensiones educativas los resultados son menos favorables; el resultado de mayor tránsito a programas técnicos y tecnológicos es favorable pero los resultados en aprendizajes (medidos con la prueba Saber 11) y tránsito a educación universitaria no son favorables.
¿Dónde están los cuellos de botella del programa? Un primer problema es que el programa no cuenta con infraestructura suficiente para tener oportunidades de exploración y diversificación adecuadas. Un poco menos del 85% de los estudiantes beneficiados está matriculado en programas que se pueden agrupar en seis áreas diferentes (Gestión administrativa y financiera; Informática, diseño y desarrollo de software; Agropecuario; Ambiental; Hotelería; Turismo; Comercio y ventas). El problema principal no está en las áreas ni en su número sino en que los estudiantes de cada colegio usualmente tienen una sola opción. Esto es resultado de que la infraestructura física del programa no es la infraestructura del SENA sino la infraestructura de los colegios. El programa no logra aprovechar la infraestructura del SENA y limitándose a los espacios (salones) y equipos (computadores) que tienen los colegios. Esto limita la oferta que se puede dar a los estudiantes. Además la oferta está limitada por los costos que implicaría una oferta más diversificada cuando la demanda es solo la de cada colegio. Otro problema es que el programa depende principalmente de tutores del SENA que no están necesariamente formados para atender a estudiantes de este nivel educativo y arrastra las limitaciones de los contratos de prestación de servicios (por las restricciones del año fiscal estos tutores no logran estar todo el año con los estudiantes). Un tercer problema está en las dificultades de las pasantías. Diversas dificultades limitan la posibilidad de estas y hace que se sustituyan por la elaboración de proyectos productivos en los que al final los estudiantes trabajan solos diseñando proyectos que no necesariamente se implementan sin lograr los beneficios de aprender trabajando en empresas o negocios.
Es necesario preguntar entonces si el programa sí resuelve necesidades de la educación media. También es necesario preguntar por alternativas para potenciar el programa. La respuesta a la primera pregunta es que no las resuelve o lo hace de forma muy tímida; la explicación es la ya proporcionada sobre los resultados de la evaluación. La respuesta a la segunda es que el programa sí se podría potenciar, pero requiere vencer las barreras que impiden el aprovechamiento de las instalaciones del SENA por parte de los beneficiarios del programa y los límites que impone la contratación pública. Finalmente, también se ve un camino en potencia formas de articulación diferentes a las posibles con el SENA, esto incluiría otro tipo de instituciones educativas y otro tipo de modalidades como el las alianzas directamente con el sector productivo.

