Educacion: entre el derecho humano y el modelo de capital humano
2 de diciembre de 2025
Felipe Barrera-Osorio, Profesor, Universidad de Vanderbilt.
Doctorado: University of Maryland, College Park.
Pregrado y maestría: Universidad de los Andes.Página web del autor: https://felipebarreraosorio.com/
Sobre la iniciativa voces: https://economia.uniandes.edu.co/voces
(Este escrito toma partes del articulo académico “Education in the Human Capital Model and in the framework of Human Rights: A Note”)
A finales de los años 40, las Naciones Unidas produjo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, declarando la educación como un derecho (ONU, 1948). Ese derecho, de segunda generación, fue añadido a derechos como la libertad, la propiedad privada, y igualdad ante la ley. Actualmente, casi todos los países del mundo han adoptado, explícita o implícitamente, la declaración de la educación como un derecho: excepto cuatro países, la educación es obligatoria en todo el mundo. Casi al mismo tiempo, los economistas Gary Becker y Theodore Schultz propusieron el Modelo de Capital Humano (MCH) para comprender la educación (Becker, 1993; Schultz, 1963).
Desde entonces, ha habido un debate entre economistas y otras disciplinas sobre la importancia de estos dos "marcos" para comprender la educación. Los economistas utilizan MCH como un marco conceptual para analizar las decisiones educativas de individuos, hogares y sociedad. Ven la educación como una inversión. En contraste, investigadores y defensores de otras disciplinas enfatizan la visión de la educación como un derecho humano, y comúnmente se argumenta que esta visión debería prevalecer sobre la visión del modelo de capital humano de la educación. Incluso se argumenta que la educación como derecho humano es incompatible con el modelo de capital humano.
Este debate ha trascendido la esfera académica, llegando al debate político. El presidente de Colombiano—en la izquierda del espectro político—ha estado impulsando una perspectiva de derechos humanos. Además, sostiene que, debido a que la educación es un derecho, debe ser proporcionada por el Estado. El equipara “derecho humano” con la provisión pública. En el otro extremo, el actual presidente de derecha de USA afirma que la educación es una decisión individual y familiar —como se enfatiza en el modelo de capital humano— y destacan la necesidad de provisión privada para aumentar la elección. El equipara la educación a una decisión privada. Estoy muy seguro que ambas posiciones están equivocadas.
Quizás la principal afirmación de este escrito es que el modelo de capital humano incluye una condición necesaria —la calidad de la educación— y que el marco de derechos humanos no es suficiente ya que solo enfatiza el acceso. Es decir, que el modelo de capital humano es crítico en la medida en que destaca la necesidad de los beneficios reales (laborales y no laborales) de la educación y que el marco de derechos humanos puede inducir el riesgo de provisión de educación sin ningún valor real. En este sentido, una tercera visión de la educación, la idea de capacidad de Sen, captura ambas perspectivas, pero enfatiza la necesidad de la educación como una inversión que aumenta el potencial individual.
La critica al MCH desde la visión de educación como derecho arguye que el modelo es instrumentalista en su perspectiva de la educación (Robeyns, 2006): la educacion solo vale en la medida que tiene retornos en el mercado laboral. Sin embargo, el modelo es lo suficientemente flexible para incluir beneficios que están por encima y más allá de los retornos en el mercado laboral. Asimismo, existe cierto malentendido sobre la idea de que el modelo de capital humano solo ve la decisión individual como la única decisión importante. El modelo puede resolverse desde la perspectiva individual, pero también se utiliza para analizar la visión de la sociedad (la visión de un "planificador social"), con implicaciones críticas para las políticas.
La educación debe tener "valor" para el individuo (y como resultado, tendrá valor para la sociedad en su conjunto). La importancia del trabajo ha sido una idea común en pensadores tan opuestos como Adam Smith y Karl Marx. Ambos reconocieron la importancia del trabajo como uno de los desarrollos fundamentales de cada persona. El trabajo puede proporcionar dignidad y medios. Puede desarrollar completamente el potencial de ser una persona. Como tal, la educación es primordial en el objetivo de proporcionar a los individuos trabajos y ocupaciones que permitan la maximización del potencial. La educación necesita ser de buena calidad. Este es el núcleo de un modelo de capital humano: si la educación no es de buena calidad, entonces la inversión no vale nada. Por el contrario, bajo la perspectiva de derechos humanos, esta discusión es muda. La obligación de la sociedad es proporcionar educación a los individuos.
Por ejemplo. la política educativa actual del gobierno nacional colombiano busca abrir universidades públicas para dar acceso a la educación terciaria a personas de bajos ingresos. Aunque pretende garantizar el derecho a la educación, probablemente generará educación de baja calidad. Al establecer instituciones en zonas remotas sin considerar factores clave como el personal docente calificado, la política podría permitir el acceso educativo pero impedirá que los estudiantes desarrollen completamente su potencial laboral.
Una última idea que es importante enfatizar es que el MCH es en realidad un modelo, en contraste a la visión de educación como derecho, el cual no es un modelo, sino una aspiración de sociedad. Es difícil oponerse a la idea de que todos los individuos que quisieran obtener educación, tengan la oportunidad de hacerlo. Pero esta aspiración dice bien poco de política educativa. En contraste, el MCH tiene implicaciones de política claramente delimitadas. Ya discutí una clara: la calidad de educación está íntimamente ligada con los retornos en el mercado laboral. Una segunda es que, cuando existen retornos sociales que son más altos que los individuales, la inversión del gobierno puede aumentar la eficiencia y, simultáneamente, equidad. Y aquí está una de las paradojas más claras: el modelo de capital humano es el instrumento analítico más poderoso para argumentar a favor de la intervención del estado.
A modo de ejemplo: la educación también aporta a la cohesión social, al entramado social. La educación puede generar mejores ciudadanos, personas que aporten activamente a la democracia. Cuando esto sucede, el retorno social de la educación es mayor al individual, y en este caso la intervención del estado es deseable. Precisamente el MCH en este caso implica que el estado intervenga: las decisiones individuales son subóptimas desde el punto de vista social. Y aquí va la paradoja mayor: el MCH, el cual es tildado como "neoliberal", enfatiza el problema social y la intervención del gobierno.
Referencias
Becker, G. (1993) Human Capital: A Theoretical and Empirical Analysis, with Special Reference to Education, 3rd edn. Chicago: University of Chicago Press.
Robeyns, I. (2006). Three models of education: Rights, capabilities and human capital. Theory and Research in Education, 4(1), 69–84.
Schultz,T. (1963) The Economic Value of Education.New York: Columbia University.
UNO (1948) Universal Declaration of Human Rights (https://www.un.org/en/about-us/universal-declaration-of-human-rights)

