Dos recientes medidas propuestas por el ejecutivo encarecerán la compra de vehículos en Colombia. Una es la terminación del Acuerdo de Complementación Económica con Brasil, con la que el gobierno busca impulsar la escala de producción de autos para, se entiende, eventualmente competir en el mercado exportador. La otra es la propuesta, en la reforma tributaria, de incrementar el IVA a los vehículos híbridos. Aunque motivadas fiscalmente, ambas medidas, en la actualidad, son contraproducentes. Por una parte, la historia y la teoría señalan lo improbable que es lograr una mayor escala utilizando como instrumento de política el arancel, lo que a la larga impactará de manera negativa la competitividad del sector. Por otra parte, la medida del IVA frenará la incipiente transición energética. Los híbridos, aunque menos amigables con el ambiente que los eléctricos, son preferibles a los vehículos exclusivos a gasolina. Han sido, además, la puerta de entrada a las nuevas tecnologías de bajas emisiones en diferentes países, y la más viable en un país con las restricciones presupuestales como el nuestro. En adición, ambas medidas van a incrementar el precio de los carros, impactando el bienestar de los consumidores quienes tendrían que enfrentarse a mayores costos y, potencialmente a una menor variedad. La consecuencia directa de las medidas es mantener y promover un parque automotor menos verde, promoviendo alternativas a gasolina (dado el diferencial de precio que existe con los carros eléctricos) y haciendo relativamente más baratas las motos, con los consabidos efectos ambientales, en salud y seguridad vial.
Autor: Jorge Tovar.