Tertulia Notas de Política 15
En el manejo de los recursos hay que incluir a las comunidades
La tertulia “Notas de Política”, que se llevó a cabo el pasado 24 de octubre en la Universidad de los Andes con la participación de Juan Camilo Cárdenas –profesor de la Facultad de Economía-, Jorge Higinio Maldonado –también profesor de la Facultad-, Julia Miranda –directora del Sistema de Parques Nacionales Naturales-, Carlos Rodríguez –director de Tropenbos Colombia- y Brigitte Baptiste –directora del Instituto Humboldt-, abordó la relevancia de las comunidades locales al momento de planear y ejecutar políticas públicas encaminadas a la conservación y manejo de recursos naturales comunes. La tertulia, a propósito de la compleja situación que tiene el país en el uso adecuado de recursos, planteó varios puntos importantes sobre los cuales tal vez será recomendable que el gobierno empiece a actuar. Puntos como la efectividad que pueden tener programas de co-manejo en donde se involucren a las comunidades locales, como la necesidad de promover una educación y apropiación conjuntas con el conocimiento tradicional de las poblaciones, como la importancia de fomentar la preservación de la cultura en cada comunidad, entre otros, son, idealmente, puntos que se deben empezar a tener en cuenta en las estrategias colombianas.
Las opiniones en la tertulia giraron alrededor de los varios estudios realizados por Juan Camilo Cárdenas y Jorge Higinio Maldonado a lo largo de los últimos 10 años. Su trabajo experimental en comunidades locales es, en principio, un ejercicio de investigación económica sumamente valioso, y, más allá, deja entrever comportamientos de actores locales que pocas veces se muestran y pocas veces tienen alguna repercusión sobre la formulación de políticas públicas. A través de estos estudios, Cárdenas y Maldonado han expuesto que el trabajo de co-gestión y administración entre niveles locales y nacionales tiene una mayor probabilidad de conducir a un manejo más estable de los recursos que de conducir a la “tragedia de los comunes”, la cual refiere a la sobreexplotación de recursos por parte de las mismas comunidades. Sin embargo, también es importante notar que las estrategias de co-manejo y administración conjunta con las comunidades dependen, en gran medida, del contexto de cada región. Así como Cárdenas lo resaltó en la tertulia: “entender las dinámicas locales va a ser fundamental”.
Entre los panelistas de la tertulia se dio un consenso claro, primero, sobre el co-manejo y el autogobierno como estrategias beneficiosas para la conservación de recursos, y, segundo, sobre la importancia de concebir el manejo y conservación de recursos naturales como un proceso multidisciplinario. El manejo de recursos a veces se concibe como un problema puramente ecológico, por así decirlo, cuando, en realidad, toca muchos ámbitos de la sociedad. Y, más aún, toca directamente a las comunidades locales, que suelen ser el foco de los costos de conservar los ecosistemas. Con esto en mente, es evidente por qué el consenso entre los panelistas; no sólo es un problema de las comunidades, ellas no lo deben enfrentar solas y, a la vez, son ellas las que enfrentan las consecuencias negativas más directas. Por ello es que el autogobierno y el co-manejo parecen y se ha comprobado como estrategias eficientes, porque reconocen el carácter multidimensional del asunto. Tal como lo mencionó Brigitte Baptiste: “la gestión de la biodiversidad se hace en ámbitos económicos, políticos y sociales, no sólo en científicos”.
Uno de los grandes inconvenientes detrás de este tipo de estrategias, y algo que se abordó finalizando la tertulia, es la desconfianza que se ha generado hacia las instituciones. Los procesos colectivos entre instituciones y comunidades parecen algo difícil de promover, y la desconfianza una “trampa” de la que es difícil salir. Cerrando la tertulia y para combatir un poco ese tema, Cárdenas sugirió que nos arriesgáramos a “dar papaya colectivamente”. Así, a la larga, es importante y necesario que exista un contexto incluyente entre Estado y comunidades locales y que, a su vez, provea a las comunidades de infraestructura, sistemas de participación y compensación, con el fin de que la inclusión de las comunidades tenga un verdadero impacto sobre las políticas públicas.