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7a Tertulia ejercer la economía

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Calendario
Lugar:
Universidad de los Andes
Fecha: 17 de Octubre de 2013
Hora: 10:00 am
Los problemas de los estudiantes de Economía

"Yo sí creo que, en promedio, los economistas de los Andes son mejores que el resto. Pero podrían ser mejores. Si escribieran mejor, si comunicaran mejor, si interactuaran más, si pudieran lograr consensos, si hablaran, si participaran." Con esas palabras -entre cumplido y crítica para los estudiantes de Economía-, Santiago Montenegro cerró la tertulia "Ejercer la economía", que se realizó este jueves 17 de octubre en la Universidad de los Andes. La tertulia con Montenegro fue personal -hasta íntima- haciendo memoria de sus estudios en Arquitectura, de su gusto por la filosofía de Karl Popper y la colección completa de sus obras que tiene en su biblioteca, y de su experiencia laboral en lo privado y lo público, entre otras cosas. La tertulia giró alrededor de las inquietudes de los estudiantes y cómo la experiencia del actual presidente de Asofondos, exdirector del DNP, expresidente de ANIF, exdecano de la Facultad, entre otros, los podría ayudar a guiarse mejor en una carrera caracterizada por el cuestionamiento permanente. La tertulia abordó el descontento, las dudas, las expectativas y hasta las crisis de los estudiantes y, a su vez, las de Montenegro.

Una metáfora que permeó toda la charla fue lo que Montenegro llamó la "casa del conocimiento", refiriéndose al conjunto de disciplinas, ciencias y conocimientos en general que forman una gran estructura de caminos, puertas y rincones que exploramos constantemente, tanto en la academia como en el mundo laboral. Contó como la economía le parece una puerta privilegiada para entrar en esa casa, con la cual no sólo quería representar la unión y complementariedad entre conocimientos y disciplinas sino también la libertad que tienen los estudiantes para moverse en ella, sin tener que limitarse o despreciar partes de ella. La constante preocupación de los estudiantes por la obsesión con la técnica y la matematización y el olvido de lo "real" es un ejemplo claro de por qué es importante comprender la "casa". Para Montenegro, esta preocupación de los estudiantes es, en alguna medida, prematura. El economista necesita tanto de la técnica como de la experiencia, sólo que una, la técnica, llega primero y hace parte de los fundamentos necesarios para ir más allá de lo abstracto. A la larga, y tal vez es algo que el estudiante no tiene claro en un principio, es necesario un diálogo entre lo formal y lo práctico, sin tratar de apresurar ni lo uno ni lo otro. En vez de una solución concreta, elegir entre la técnica o la práctica, como estaba esperando el público, Montenegro insistió en el carácter gradual del conocimiento y en que el pregrado es apenas el primer paso dentro de la casa del conocimiento.

Lo mismo sucedió cuando se abordaron los riesgos de la especialización al momento de elegir un doctorado. Tal como lo mencionó uno de los estudiantes: existe el peligro de mirar sólo un rincón de la "casa". Y, claramente, eso hace parte de la decisión que debe tomar el estudiante. Pero también es claro que eso no implica olvidar o desconocer el contexto que rodea a esa especificidad. Si el estudiante cae en ese olvido, se vuelve, en palabras de Montenegro, "patético".

Fue interesante ver cómo cada uno de los debates que se generaron alrededor de las inquietudes de los estudiantes se acoplaban a lo que Montenegro resaltó a través de una frase de Marx de su Crítica a la Economía Política: "Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad en lo diverso". La reflexión de Marx sobre la metodología de la Economía Política es útil para el mundo en el que se quiere mover el estudiante de Economía. Ese permanente salto entre lo general y lo específico, lo técnico y lo práctico, lo abstracto y lo real, puede confundir. Pero también es algo que, viendo la experiencia de Montenegro, es inevitable y no tiene por qué sesgar la perspectiva de los estudiantes.

Y, aun así, puede que todo termine siendo un problema de gustos. Por ejemplo, una de las intervenciones en la tertulia fue la de una estudiante que no sabía si seguir en Economía o pasar a Administración. El estatus que los mismos estudiantes le dan a la Economía le hacía pensar que un cambio a Administración sería, de algún modo, un paso atrás. Montenegro, reivindicando el papel del administrador y la necesidad de una buena administración en el sector público, dejó claro que cada disciplina, más allá de las percepciones, tiene un rol en la sociedad, en el sector privado y en el sector público. Recordó el llamado de Mancur Olson sobre el recurso escaso de la buena administración y la necesidad de buenos administradores en lo público para superar los obstáculos al desarrollo. Y, cualquiera que sea la decisión que tome esta estudiante, lo importante es que, volviendo a la metáfora -que, como dije, permeó toda la tertulia-, vea la relevancia de cada una de las puertas de la "casa". De nuevo, las recomendaciones de Montenegro se enfocaron en el carácter dialéctico del conocimiento y las diversas disciplinas.

Para finalizar, Montenegro recalcó uno de los puntos con los que empezó: una carencia de los estudiantes de los Andes -y, a decir verdad, de todas las personas-: "el problema fundamental es saber comunicarnos". Por alguna extraña razón, puede que sea por la tecnificación de las ciencias y el ahora escaso valor de las humanidades en el mercado laboral, los estudiantes no saben comunicarse. Ni en su sentido más general y básico, hablando y escribiendo, ni en situaciones más específicas, como en un trabajo en grupo, en debates o en presentaciones en público. Y, según Montenegro, eso se refleja en lo que parece preocupar más al estudiante, la posibilidad de conseguir empleo. Claro, para Montenegro, los estudiantes "aprenden buena macro, buenos métodos cuantitativos, buena econometría" pero carecen de capacidad comunicativa que les permita expresar y discutir esos conocimientos. Esta carencia puede que sea un problema de los estudiantes que han dejado de lado la escritura y expresión por enfocarse demasiado en la técnica, o puede que sea un problema de los profesores que no se sienten responsables de algo que los estudiantes ya debieron haber aprendido -en clases de Español o similares-, o, y esto es lo más probable, es un problema de toda una Facultad que aún no encuentra cómo atacar al gran elefante en los salones. Este tipo de tertulias puede ser un comienzo.

Lugar: Auditorio ML-A
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