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Autonomía: la clave para un centenario de aciertos

Mediante la Ley 25 de 1923 se creó el Banco de la República como sociedad anónima.

Mediante la Ley 25 de 1923 se creó el Banco de la República como sociedad anónima.

Foto:César Melgarejo / CEET

La entidad cuenta con más 2.7oo empleados y 29 sucursales en toda Colombia.

Hoy se cumplen 100 años de decisiones y aciertos para la política monetaria del país. Un siglo marcado, especialmente, por un valor que hoy le dan al Banco de la República el reconocimiento a la entidad que mayor seguridad genera entre los colombianos: la confianza.
“Confianza es que la moneda de un país tenga valor, sea respetada y cuidada para que no se convierta en un simple papel. Confianza es que si ocurre ‘el robo del siglo’, como en 1994 con el banco de Valledupar, y el Emisor le pide a la ciudadanía que lleve sus billetes legales para reemplazarlos, la gente acuda al banco a hacerlo. Confianza es que el Banco atesore, cuide y conserve el patrimonio cultural del país y lo mantenga intacto. Confianza es que la gente sepa que el Banco de la República tiene guardados 65.000 millones de dólares, y que si hubiera una falla en el precio del café, una caída en el precio del petróleo o de las flores, o cayera una pandemia -ojalá no vuelva-, el Banco tendría la capacidad de financiar con sus reservas medio año de importaciones”.
Así describe Beethoven Herrera, Primer vicepresidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas e historiador, la reputación y confianza que ha construido el Banco de la República a lo largo de sus 100 años de existencia.
Precisamente, fue un día como hoy, en 1923, que se creó el Banco de la República como un órgano para dar estabilidad a la moneda y a la economía del país en general. Con un capital original de 10 millones oro, el Emisor llegó a Colombia para ser el encargado de emitir y administrar la moneda legal, controlar los sistemas monetarios (el dinero), crediticios (las tasas de interés), cambiarios (la tasa de cambio) y la política monetaria (control de la inflación) del país.
"BanRep ha sido un sinónimo de confianza y reputación desde sus inicios. Se creó en un contexto muy importante de auge económico. En la década de los 20 se dio la famosa danza de los millones, teníamos un auge cafetero, entró el pago de la indemnización por la separación de Panamá, había mucha inversión en infraestructura, fue la antesala del arranque de la industrialización en los 30, pero así mismo había mucho caos. Teníamos inflaciones muy altas, había cero control y cero monitoreo, muchas monedas circulando y, en ese sentido, la llegada del Banco de la República significó el orden y la estabilidad que necesitábamos. El Banco llegó a ordenar la casa", relató María del Pilar López, economista, historiadora y docente de la Universidad de Los Andes.
A la creación del Banco se sumó también la llegada de otras dos entidades que han sido complementarias a BanRep para garantizar la estabilidad del sistema financiero: la Superintendencia Financiera y la Contraloría.
"No se creó un banco únicamente, sino que con la llamada Misión Kemmerer, en la que el presidente Pedro Nel Ospina contrató un grupo de expertos presidido por el profesor Edwin Walter Kemmerer para evaluar la realidad económica del país, se constituyó un trípode de instituciones que entraron a funcionar de modo simultáneo para garantizar la moneda, el ahorro y el control fiscal: el Banco, la Superbancaria y Contraloría General de la República", dijo Herrera.
En 100 años de existencia e historia administrando la economía del país, varios han sido los retos sorteados, casi que de manera exitosa, lo cual ha permitido que hoy el Banco sea la entidad que mayor confianza genera en los colombianos.
"Los retos han sido enormes pero se han sorteado con relativo éxito. La inflación promedio entre 1980 y 1990 fue superior al 20 por ciento, pero se redujo a niveles cercanos al 3 por ciento en los últimos 20 años (con un crecimiento de la economía cercano al potencial). Solo se han presentado dos recesiones, es decir, caídas en el PIB, en los últimos 50 años: la de 1998-99 y durante la pandemia de covid-19, comparado con 20 recesiones en Argentina y más de 10 recesiones en países como Uruguay o Brasil", destacó Juan José Echavarría, exgerente del Banco de la República.
Para analistas y expertos, la clave para lograr estos 100 años de aciertos en sus decisiones ha sido la independencia y autonomía con la que goza el Emisor desde 1991.
"Uno de los grandes hitos que, sin duda, ha marcado la historia del Banco ha sido la Constitución del 91, con la cual se le dio autonomía e independencia al Emisor para la toma de decisiones y se desligó del Ejecutivo. La Junta Directiva está conformada por siete miembros, de los cuales cada Presidente solo puede nombrar dos de los cinco codirectores. Es la Junta la que nombra al Gerente de la Entidad cada cuatro años. Justamente esa autonomía ha permitido que el sistema financiero funcione con responsabilidad", explicó Edison Saldaña, experto en finanzas.
Así las cosas, a lo largo de este centenario, el Banco de la República ha sido el artífice de marcar un rumbo económico con miras al crecimiento, manteniendo siempre el equilibrio y la tranquilidad de los colombianos, aunque la inflación o la deflación siempre estén a la vuelta queriendo hacer trastabillar al sistema financiero.

Así se fabrican los billetes de los colombianos

Al cierre de 2022, el promedio de producción anual de billetes para los últimos 10 años fue de 1.088 millones de piezas.

Al cierre de 2022, el promedio de producción anual de billetes para los últimos 10 años fue de 1.088 millones de piezas.

Foto:Cortesía Banco de la República

El 12 de octubre de 1959 circuló en el país el primer billete de un peso ($ 1) impreso en Colombia, una pieza en cuyo anverso llevaba a los próceres Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, mientras que el reverso se ilustró con un grabado del cóndor de los Andes y una composición de paisajes característicos del país, entre los que se encontraba el salto del Tequendama. Este billete correspondía a la denominación actual de 1.000 pesos y su diseño estuvo en manos del italiano Mario Baiardi, uno de los más grandes grabadores de billetes de la época.
En Colombia, la elaboración, almacenamiento y distribución de billetes son tareas realizadas en la Central de Efectivo del Banco de la República, “un amplio complejo industrial con altos estándares de tecnología y seguridad, ubicado en Bogotá, que reúne en una misma sede la Imprenta de Billetes y la Tesorería del Banco, lo cual hace más eficiente todos los procesos de producción y distribución del efectivo”, detallaron en la entidad.
Los billetes tienen una vida útil de aproximadamente 18 años, una vez completan este ciclo aparecen nuevas familias de billetes con novedosos diseños y personajes para poner en circulación y reemplazar los anteriores. Desde que se constituyó la imprenta de billetes en Colombia, el Banco de la República ha puesto en circulación cuatro familias de billetes impresos en el país. En promedio, anualmente se producen más de mil millones de billetes.

Paso a paso antes de la circulación

Un billete demora aproximadamente tres meses en producirse, pues pasa por seis procesos: impresión offset, en la cual el papel pasa por una plancha que le pone los colores, según su denominación; calcografía, revisión automática de los pliegos, revisión manual de los pliegos impresos, impresión topográfica y barnizado.
Todos los billetes se originan a partir de una hoja de papel de seguridad que, al igual que las tintas usadas, son fabricados de manera exclusiva para el Banco de la República. Curiosamente, en el mundo solo existen seis proveedores del papel de seguridad para la impresión de los billetes.
Una vez está impreso el billete, sigue la emisión, el paso más importante y definitivo para que tenga valor y pueda ser usado. "Es el acto formal y contable que le da poder liberatorio a los billetes entregados por la Imprenta, luego se suscribe el acta de emisión y posteriormente son puestos en circulación a través de las entidades financieras, ventanillas de atención al público del Banco y centros complementarios de efectivo", explicaron.

100 años de un guardián del patrimonio cultura

El poporo quimbaya, adquirido en 1939, fue la pieza n.º 15 y costó 3.000 pesos

El poporo quimbaya, adquirido en 1939, fue la pieza n.º 15 y costó 3.000 pesos

Foto:Cortesía Banco de la República

Lo que empezó con la adquisición de tres piezas de arte precolombino, entre 1936 y 1937, hoy hace parte de la colección arqueológica del Museo del Oro, que ya cuenta con más de 34.000 objetos de orfebrería y 20.000 de otros materiales.
La labor del Banco de la República a lo largo de su centenario no solo ha estado centrada en las finanzas nacionales, sino que, desde sus inicios, ha demostrado
que en su ADN lleva consigo el compromiso por salvaguardar el tesoro más invaluable para el país: el patrimonio cultural.
Así es como el Museo del Oro, el Museo Botero, la Biblioteca Luis Ángel Arango y el Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU), entre otros, hacen parte de la red cultural del Banco de la República, con presencia en 29 ciudades interconectadas, conformada por seis museos de oro, un museo etnográfico, 22 bibliotecas, cinco centros de documentación regional, cuatro museos de arte y numismática y 31 salas de exposiciones, los cuales tienen como objetivo divulgar aspectos valiosos de la cultura de nuestro país, a través de un intercambio de conocimiento.
“Hay dos momentos claves que detonaron la actividad cultural del Banco. En 1936 se conforma una colección importante de libros económicos, la cual deciden abrirla al público, en realidad era un espacio pequeño, el cual demostró ese gesto de coleccionar y poner al servicio de la ciudadanía, una característica del Emisor. Por esos mismos años, viene otro momento fundamental y es la compra del Poporo Quimbaya. Llega
a la Junta Directiva del Banco una oferta de lo que en ese momento era considerado como un jarrón y una carta del Ministerio de Educación pidiéndole al Banco que proteja esa pieza. BanRep decide guardar el Poporo, cuyo peso es de 777.70 gramos oro y lo compran por un costo de 3.000 pesos, con la intención de darles valor a sus atributos. De ahí en adelante, todo el oro prehispánico se guarda y se va conformando la colección del Museo del Oro”, relató Ángela Pérez, subgerente cultural del Banco de la República.
Luego de estas dos semillas, comenzaron a llegar los frutos de lo que sería esta gran red cultural. Hacia 1958 se abren las puertas de la Biblioteca Luis Ángel Arango, un moderno edificio para la época, ubicado en la carrera cuarta con calle once, dotado con una sala de exposiciones de arte y salas de televisión.
“Había pasado el Bogotazo, el centro de la ciudad estaba totalmente destruido y hay esta intencionalidad de modernización, de mirar hacia el futuro y recuperar el centro, por eso es tan significativa la llegada de la Luis Ángel Arango, porque se trata de una biblioteca muy moderna, con una línea de música y arte”, indicó Pérez.
El Banco creó otras bibliotecas en diferentes ciudades del país, conectadas con el catálogo de la Luis Ángel Arango y las colecciones propias, entretejiendo así una red con la cual el Banco hace de la gestión cultural un modelo sostenible, accesible e
incluyente.
De esta manera, a lo largo de estos 100 años, la columna vertebral cultural del Banco ha sido su propia colección patrimonial, la cual además de marcar una hoja de ruta, ha sido cuidada, mantenida y puesta al servicio de la ciudadanía en espacios dignos, con el fin de ayudar a las personas a relacionarse con su patrimonio y fortalecer el sentido de ciudadanía. De allí que cada museo, cada espacio de exposición, esté diseñado entendiendo las dinámicas y usos culturales de cada ciudad.
De acuerdo con Ángela Pérez, los retos que siguen para la gestión cultural del Banco de la República están enmarcados en la sostenibilidad y la inclusión.
"La sostenibilidad es cómo mantenerse vigente para las generaciones futuras, en términos de cómo cambian los usos que la gente le da a la cultura. También tenemos otro reto muy importante y es la inclusión, porque necesitamos fortalecer la representación cultural del país”, concluyó Pérez

Banrep estructura nuevo sistema
digital de pagos inmediatos

Durante el Foro de Sistemas de Pago, en el año 2022, BanRep presentó la propuesta de su nueva arquitectura de Sistemas de Pago.

Durante el Foro de Sistemas de Pago, en el año 2022, BanRep presentó la propuesta de su nueva arquitectura de Sistemas de Pago.

Foto:Cortesía Banco de la República

Aunque Colombia continúa registrando avances en la inclusión financiera y en el uso de los pagos electrónicos, el efectivo sigue siendo el instrumento de pago más utilizado por la población, a pesar de que en los últimos años se ha mostrado una disminución, especialmente, luego del covid-19, pasando de ser el más usado por el 87 por ciento de los adultos en 2019, al 75 por ciento en 2022.
“El avance en el uso de instrumentos de pago electrónicos presenta importantes brechas socioeconómicas, ya que los grupos de menores ingresos, menor educación y que habitan en zonas rurales, en parte por la limitada oferta de la infraestructura de telecomunicaciones, dependen principalmente del efectivo para hacer sus compras cotidianas”, explicó Leonardo Villar, gerente del Banco de la República.
Por esta razón, y con el objetivo de promover la inclusión financiera, el Banco avanza en la construcción del nuevo sistema de transferencias inmediatas, al que podrán conectarse todos los establecimientos financieros, de manera directa o a través de los sistemas de pago existentes, garantizando la interoperabilidad plena de la industria, la articulación de los clientes de una manera más eficiente con el sistema financiero, además de abordar la problemática de acceso que enfrenta hoy el mercado.
“El diseño incluye un directorio centralizado que servirá como repositorio de la totalidad de las llaves en el ecosistema y un módulo de liquidación centralizada con operación 24/7 en donde tendrá lugar la liquidación de todas las transacciones”, indicó Villar.
Uno de los modelos de dicho sistema es conocido como PIX, implementado en diferentes países, entre ellos Brasil, donde el sistema financiero y el banco central de ese país lo implementaron con resultados exitosos, pues ha permitido que el 70 por ciento de los adultos lo usen de manera cotidiana.
Actualmente, el Banco de la República está adelantando la selección del proveedor tecnológico del sistema, quien deberá cumplir con los estándares de la industria y la experiencia en el campo. De acuerdo con el gerente del Emisor, con este nuevo sistema de pagos también se busca avanzar en los pagos transfronterizos

Banco de la República: 100 años generando confianza

Opinión - Leonardo Villar, gerente general Banrep

Leonardo Villar, gerente general del Banco de la República

Leonardo Villar, gerente general del Banco de la República

Foto:Cortesía Banco de la República

El 23 de julio de 1923 se creó el Banco de la República bajo las directrices propuestas al gobierno de Pedro Nel Ospina por una misión internacional dirigida por el Profesor Edwin Kemmerer. Han pasado 10 décadas y la celebración de este centenario constituye un hito de gran importancia para Colombia. Se trata de una entidad cuyas contribuciones han estado siempre vinculadas con la confianza que genera.
En primer lugar, ha estado la construcción de confianza en la moneda y, por esa vía, en la solidez macroeconómica y financiera. La economía colombiana se ha destacado por haber estado entre las únicas de Suramérica que no tuvo hiperinflación en cien años. También se ha reconocido por haber tenido más éxito en evitar crisis financieras y cambiarias, así como por la mayor estabilidad de su crecimiento.
En segundo lugar, el lema de ‘100 años generando confianza’ hace referencia a la institucionalidad del Banco de la República, su gobernanza, su transparencia y la honestidad, que han hecho del Banco una de las organizaciones con mejor percepción de la opinión pública.
Ello no impide que en muchas coyunturas esa misma opinión pública pueda tener percepciones negativas sobre decisiones que debe instrumentar la Junta Directiva del Banco y que tienen costos en el corto plazo pero que son indispensables para la estabilidad de mediano y largo plazo. Esto ha sucedido en los últimos dos años, cuando el Banco ha tenido que asumir una política monetaria contraccionista e incrementar las tasas de interés para frenar las presiones al alza sobre los precios y lograr que estos retomen una senda acorde con la meta de una inflación baja y estable.
Fue precisamente para manejar el dilema entre los costos de corto plazo y los beneficios de mediano y largo plazo que al Banco de la República se le otorgó en 1991 una autonomía constitucional que le permite actuar con una perspectiva de tiempo más amplia que la que tienen los gobiernos de turno y la propia opinión pública. Esa autonomía es emblema de la institucionalidad colombiana.
En tercer lugar, la confianza por el Banco está vinculada con actividades que no necesariamente se asocian con su papel de emisor.
Es el caso del papel como guardián del patrimonio artístico y gestor de actividades culturales, algo que de manera atípica para un banco central -pero muy positiva- quedó consagrado en la Constitución de 1991. La imagen del Banco se encuentra vinculada con el orgullo que generan los museos de oro de Bogotá y otras ciudades, la red de bibliotecas lideradas por la Luis Ángel Arango, colecciones de arte como la del Museo Botero, las exposiciones en los museos administrados y las actividades musicales en los auditorios del Banco.
La confianza se siente también en relación con la calidad del trabajo que se realiza en otros frentes. Uno de ellos en investigación económica, para la cual cuenta con uno de los equipos más destacados entre los bancos centrales. Más allá de la investigación académica, las actividades del área técnica del Banco en el apoyo a la toma de decisiones, la producción de estadísticas, la administración de reservas internacionales, el seguimiento del sistema financiero o el manejo de operaciones monetarias, son reconocidas internacionalmente por su excelencia y son modelos a seguir por otros bancos centrales. Lo mismo con el apoyo para el buen desempeño de las transacciones internacionales y las operaciones interbancarias, un frente en el cual el Banco está dando pasos hacia la modernización del sistema de pagos mediante el liderazgo para crear un sistema de pagos inmediatos interoperable.
Una faceta poco conocida es la del Banco como empresa industrial. En la Fábrica de moneda en Ibagué y la Imprenta de billetes en la Central de efectivo en Bogotá se producen cerca de dos mil millones de piezas al año, utilizadas por los colombianos para sus transacciones diarias. Es una actividad compleja que se caracteriza por su excelencia y se minimiza el impacto ambiental. Gracias a ello y al esfuerzo en el diseño de los edificios del Banco para minimizar la huella de carbono, así como a la siembra de árboles para compensar la huella de carbono que aún se produce, el Banco ha sido certificado como emisor neto de carbono cero.
El capital humano es su activo más importante. Son casi 2.700 personas en 29 ciudades que realizan no sólo las actividades descritas sino las que se requieren apoyo, como el manejo financiero y presupuestal, gestión humana, manejo de riesgos, tecnología, infraestructura o protección y seguridad, para mencionar algunas. El personal está comprometido con valores de transparencia, honestidad y trabajo en equipo. Se han hecho esfuerzos para remover inequidades tradicionales y avanzar en inclusión y diversidad, con énfasis en equidad de género, lo que ha permitido al Banco acceder a la certificación de Equipares. El compromiso por seguir avanzando es indeclinable. Estamos seguros de que la celebración de este primer centenario será un nuevo punto de partida para que el Banco de la República se siga consolidando como una entidad eficiente, transparente, incluyente y diversa, al servicio de todos los colombianos y colombianas.
*MÁS CONTENIDO, un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO, con el auspicio del Banco de la República.
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