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De calendarios

Marc Hofstetter
20 de agosto de 2023 - 05:00 a. m.

En el hemisferio norte los calendarios escolares suelen comenzar en la segunda mitad del año cuando el verano boreal empieza a amainar. En el hemisferio sur, los cursos escolares inician con frecuencia en el primer tercio del año, cuando su propio verano empieza a dar paso al otoño. En ambos casos, esa tradición buscaba evitar clases en los meses más calurosos y permitir a los niños espacios para ayudar con labores de recolección agrícola muy concentrados en esos meses.

Colombia tiene una particularidad geográfica que comparten pocos países: tiene una parte al norte y otra al sur del ecuador. Como si esa casualidad geográfica la hubiera desgarrado en dos partes, Colombia tiene la atípica característica de tener dos calendarios escolares. El primero, que conocemos como “calendario A” empieza cursos en los primeros meses del año y los termina en la parte final del mismo. El segundo, que conocemos como “calendario B”, copia los esquemas del hemisferio norte: inicia cursos hacia los meses de agosto o septiembre y termina el grado hacia el mes de junio.

Sin estaciones climáticas marcadas por estar en el trópico, es difícil argumentar cuál calendario es mejor. De hecho, para los menores que asisten a nuestros colegios, poca relevancia tiene que haya en paralelo un calendario diferente al propio. Sin embargo, ese traslapo de calendarios no es inocuo. A diferencia de las instituciones de educación superior—universidades, técnicos y tecnológicos—de otras partes del mundo, las colombianas deben hacer dos procesos anuales de admisión, dos rondas anuales de grados, ofrecer todos los cursos por duplicado cada año. También terminan con cohortes de estudiantes más pequeñas en cada semestre dificultando su sostenibilidad, especialmente en carreras menos demandadas pero cruciales para el capital social. Al haber cohortes más pequeñas también se reducen las ganancias que surgen de la interacción con más pares. Así mismo, el gobierno colombiano debe hacer dos rondas anuales de exámenes de Estado, que involucran un enorme esfuerzo.

A esas desventajas se suma el hecho de que los colegios no están agrupados de manera aleatoria en los dos calendarios. Los colegios públicos que agrupan a la gran mayoría de estudiantes en el país son de “calendario A”. En el calendario B” están buena parte de los colegios privados y muchos de ellos corresponden a los colegios internacionales. Los niños de cunas económicas más privilegiadas asisten mayoritariamente al segundo grupo. Al entrar de manera traslapada a la educación superior, impedimos una mayor integración perpetuando esa segregación escolar por cuna que caracteriza al país.

Puede haber también ventajas de tener el traslapo. Un estudiante que al terminar colegio no acceda a la educación superior inmediatamente solo tiene que esperar seis meses para presentarse de nuevo.

Pero, unas con otras, mi impresión es que hay más ventajas de tener calendarios coordinados y que debiéramos dar ese debate, quizás aprovechando que hay en marcha proyectos de reforma educativa. Naturalmente, si fuéramos a coordinar calendarios, los colegios deberían poder escoger libremente las fechas apropiadas de inicio, final y vacaciones y habría que pensar con cuidado una transición hacia ese destino.

@mahofste

 

Hugo(14000)20 de agosto de 2023 - 09:08 p. m.
Ninguna parte de Colombia queda al sur del Ecuador,en el hemisferio sur.La linea ecuatorial pasa por Quito,por tanto Ecuador si tiene una parte en el hemiferio norte y el resto hacia el sur.En algunos departamentos del sur del país,no del sur del hemisferio,funcionó bien,aparentemente,el calendario B,podría ser útil debatir este punto como oportunamente lo expresa el columnista .
Rafael(10513)20 de agosto de 2023 - 06:50 p. m.
Creo que es de esperar que un académico como usted demuestre una un poco más de sustentación en sus tesis. Francamente no basta con decir que su "impresión es que hay más ventajas de tener calendarios coordinados? ... ¿En qué basa esa impresión?, ¿acaso en algún análisis de los resultados académicos, de las condiciones entre los colegios de un calendario, o al menos de la consulta de alguna opinión fundamentada? Solo ir más allá de las impresiones llama al debate al que usted invita.
Atenas(06773)20 de agosto de 2023 - 01:29 p. m.
Marc, estamos ok. The first law of the Universe is Order- La primera ley del Universo es el Orden-, así reza esta sabia sentencia en el techo de la biblioteca del Congreso de USA, del poeta Pope. Mas, como estamos en Macondo, aquí impera la anomia como primer mandamiento y el despelote es el primogénito. Si no, ¿por qué el Caronte Petro no cumple las citas, ha incumplido 80, y ni va a su trabajo, ha faltado 25 veces sin conocer sus causas?
Dora(tw0d9)20 de agosto de 2023 - 01:12 p. m.
Buen artículo, pero no entendí la conclusión.. coordinar calendarios se refiere a que tanto públicos como privados decidan cuándo inicia su año escolar? O q todos ingresen en una misma época ? Desconozco como es el proceso de admisiones en otras universidades del mundo pero si es claro q al iniciarse dos mismos semestres en un año es muy costoso para las universidades
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