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Petrocracia vs. tecnocracia

En el contexto de la posverdad, la opinión experta es cuestionada por el gobierno Petro.

Un reciente artículo de La Silla Vacía se refería al gran distanciamiento entre la llamada ‘élite tecnocrática’ y el presidente Gustavo Petro. Afirmaba que para este gobierno, el conocimiento y la experiencia no son “lo fundamental para nombrar a personas en los cargos decisivos” y que los tecnócratas no deberían ir a esos cargos porque representan al “capitalismo neoliberal”.
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Un tecnócrata es el “técnico o la persona especializada en alguna materia de economía, administración, etc., que ejerce su cargo público con tendencia a hallar soluciones eficaces por encima de consideraciones ideológicas o políticas” (Diccionario RAE). Una solución eficaz es la que logra el objetivo que se busca mediante una política o una decisión pública. Alejarse de la tecnocracia implica, por tanto, despreciar el conocimiento aplicado a la solución de problemas públicos. Pero, en el contexto de la posverdad, la opinión experta es cuestionada por el gobierno Petro.
La tecnocracia colombiana, que ha desempeñado en cargos en el Estado desde los años sesenta y setenta del siglo pasado, no se formó explícitamente bajo una ideología neoliberal, entendiendo por esta la creación de un orden en el cual las decisiones se sometan exclusivamente al libre juego de los mecanismos de precios al amparo de la regulación estatal y la vigencia del imperio de la ley. No. Quienes fueron al exterior a realizar estudios de posgrado estuvieron expuestos tanto a las teorías de la economía liberal, la neoclásica y la keynesiana como a la marxista. Conocieron la existencia del sistema de planificación central de la Unión Soviética y estuvieron, además, influidos por los planteamientos de la Cepal y el modelo de sustitución de importaciones promovido por esta entidad.

Bien o mal, la tecnocracia ha hecho la tarea. Reemplazarla por los seguidores de la posverdad desconocería la esencia del manejo económico en Colombia.

Aunque el surgimiento y la formación de la tecnocracia fueron un fenómeno generalizado en América Latina, la tecnocracia colombiana no encuadró con la del resto de la región, asociada con la presencia de regímenes autoritarios que emergieron como respuesta a las crisis causadas por el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones y la ruptura de las coaliciones políticas –populistas, muchas veces– que lo impulsaron.
La tecnocracia actuó en Colombia bajo el régimen democrático vigente, en medio de los conflictos sociales y políticos que lo caracterizaron durante la segunda mitad del siglo XX y lo corrido del siglo XXI. Fue una tecnocracia modernizadora, no ideologizada y pragmática, dentro de la cual tampoco hubo una homogeneidad absoluta de ideas –como sí ocurrió en Chile, por ejemplo, con los ‘Chicago Boys’–, pero sus diferencias solo marginalmente tuvieron que ver con el grado de intervención del Estado en la economía. Así se mantiene en la actualidad. Una muestra de ello es el perfil de los tecnócratas que participan en el gobierno, como José Antonio Ocampo, Cecilia López o Jorge Iván González.
Desde los años cincuenta del siglo pasado, quienes han formulado la política económica se han estrellado con el dilema entre el desarrollo y la estabilidad. Y, como este es un país pobre, con un desequilibrio externo permanente por la ausencia de un sector exportador sólido y dinámico, la tecnocracia puso el énfasis en el control de la inflación, en el equilibrio fiscal y en evitar las crisis por su efecto devastador en el empleo y la pobreza. Lo que no quiere decir que su objetivo hubiera sido mantener el statu quo. La pobreza se redujo y las clases medias se expandieron, aunque, infortunadamente, la desigualdad se amplió.
Bien o mal, la tecnocracia ha hecho la tarea. Reemplazarla por los seguidores de la posverdad desconocería la esencia del manejo económico en Colombia en los últimos cincuenta años.
CARLOS CABALLERO ARGÁEZ
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