El sábado pasado, en la antesala de su posesión, el presidente Petro anunció a Irene Vélez como la nueva ministra de Minas y Energía. Con esta movida sienta a una aliada de Francia Márquez en el gabinete y manda la señal de que su propuesta de desincentivar el petróleo y la minería va en serio. Al encargar de la cartera a una académica y activista ambiental vocera de las comunidades, algunos jugadores del sector temen que decisiones que son urgentes para el abastecimiento energético del país se tomen sin suficiente respaldo de datos, y que se pierda una tensión necesaria entre la cartera energética y la ambiental. 

La visión de Francia en la cartera energética

Como contamos, la vicepresidenta, Francia Márquez, se había movido para poner a Irene Vélez al frente del Ministerio de Ciencia en medio de las negociaciones por los nombramientos ministeriales de Petro. La relación entre ambas es muy cercana: juntas escribieron (para la época en que Francia Márquez era estudiante de derecho) un artículo académico sobre las estrategias de comunicación del Consejo Comunitario de La Toma. 

También, Hildebrando Vélez, que ha sido muy cercano al movimiento Soy Porque Somos, es el padre de la ministra Vélez. Una persona del equipo de empalme de Francia dijo: “Si Carlos Rosero (candidato de Márquez al Senado) es la mano derecha de Francia, Hildebrando es la izquierda”.

La sugerencia de que Vélez podría ser la ministra de esa cartera despertó un debate sobre su visión de la ciencia, pues ella hizo parte del grupo de ocho personas que escribió el documento de la campaña de Francia Márquez sobre ciencia. En este cuestionaban lo que entienden como “ciencia hegemónica” y abogaban por una reivindicación de saberes locales, indígenas y no-hegemónicos. Finalmente el nombramiento no se concretó.

Por esta razón, para muchos fue una sorpresa que Petro se terminara decidiendo por el nombre de Vélez para un tema técnico que es aún mas determinante para su programa de gobierno, como es el de la transición energética. 

Para José Cuesta, ahora Concejal de Bogotá por la Colombia Humana, y una persona muy cercana a Petro, la razón de este cambio es que el Presidente está buscando hacer equipos en su gabinete para sacar adelante los temas que más le importan:

“Petro hizo llaves: para sacar el tema de la transición energética juntó a Susana Muhamad y a Irene Vélez, que tienen perfiles semejantes y visiones compartidas, para que entre ambas se coordinen para sacar los temas que a él interesan en transición energética. Lo mismo hizo en temas económicos con otras llaves como José Antonio Ocampo y Luis Carlos Reyes, director de la DIAN”, dijo.

Más allá de esta estrategia, es claro que con esta designación Petro escucha a Francia y le da juego en su gabinete con una aliada que comparte los temas que están más cerca al corazón de sus causas políticas, pues la crítica a la minería de gran escala, y la movilización por la defensa del río han sido tanto el tema del activismo de la Vicepresidenta como el principal tema de la carrera académica de Irene Vélez.

Los intereses con los que llega Vélez

Hasta hace poco, Vélez era profesora de la Universidad del Valle e investigadora de Colciencias. Su formación académica la comenzó en filosofía, en la Universidad Nacional de Colombia. En su tesis de 2004 ya estudiaba las comunidades indígenas: hizo un trabajo sobre la inconmensurabilidad entre las visiones sobre la hoja de coca en los indígenas Uitotos (una comunidad amazónica) y las visiones sobre la coca en Occidente.

En su maestría en Estudios Culturales, que también hizo en la Nacional, en 2008, continuó el trabajo con los Uitotos, esta vez desde la experiencia de la migración de las mujeres de esta comunidad en Bogotá. Pero fue en 2014, cuando sustentó su tesis de doctorado en Geografía Política, que hizo en la Universidad de Copenhague, lo que le sumó a su trabajo sobre comunidades indígenas las temáticas del desplazamiento y del despojo por conflictos medioambientales.

Específicamente, el hilo que conduce estas investigaciones es el trabajo con comunidades afro e indígenas locales del Cauca en torno a los conflictos generados por el extractivismo minero y el uso de la cuenca del río Cauca por multinacionales y élites locales para lucrarse con la construcción de hidroeléctricas. Un tema del que escribió junto a su padre Hildebrando en 2012, recomendando que se prohibieran actividades productivas extractivas que afectaran el río o lo privatizaran.

Ese interés ha sido sostenido, incluso hasta hoy. Vélez publicó este año una investigación, junto con otros profesores de la Universidad del Valle, en la que mide la contaminación con mercurio que ha dejado la minería de oro en el río Ovejas, y sugiere controles y multas a estas actividades. Común a estos artículos está la crítica a modelos extractivistas de concebir el territorio y la riqueza, y la defensa de formas de minería ancestral que practican las comunidades para subsistir: temas que son centrales también en el discurso de Francia Márquez.

Juan Camilo Cárdenas, profesor de Economía de los Andes, conoció a Vélez trabajando para el documento sobre ciencia de la campaña de Francia Márquez. Cárdenas explica qué es lo principal que llevará al ministerio, según el perfil que conoce de ella: “le dará relevancia a los territorios y a las comunidades en ellos, y pondrá la impronta de un enfoque interdisciplinar a un sector acostumbrado a considerar grandes proyectos energéticos que le generan recursos al Estado, pero no tanto en atender pequeñas causas comunitarias”, dice.

Es precisamente este giro en la dirección de los temas energéticos lo que preocupa a algunos conocedores del sector, que dudan de su conocimiento en algunos temas de esa cartera que consideran urgentes y de gran impacto para todos los colombianos, y frente a los cuales Vélez tendrá que tomar decisiones pronto, y con un gran nivel de complejidad técnicaSon temas, además, que no tienen que ver con minería ni con su impacto sobre las comunidades directamente.

Las reacciones de los preocupados

Dos fuentes del sector con las que habló La Silla, y que pidieron reserva porque tendrán que trabajar con la ministra entrante, creen que con esta designación el país se quedó con dos ministras de Ambiente, y con ninguna de Energía.

Lo dicen porque la experticia de la ministra no es la del sector, que tiene como meta central garantizar el abastecimiento confiable de energía eléctrica. Dicen que sólo uno de los objetivos de la política energética es ambiental y social, pero otros no tienen dimensiones ambientales directamente y son muy técnicos, como la regulación de precios o los temas fiscales.

Muchas veces MinMinas termina haciéndole contrapeso a MinAmbiente en temas como los del licenciamiento de proyectos energéticos, precisamente porque MinAmbiente tiende a ser más sospechoso de algunos proyectos de generación energética por sus efectos ambientales, y esa tensión crea una necesaria ponderación de intereses diversos.

Temen que con Vélez ese contrapeso se vaya a perder y que eso redunde en no asegurar ese objetivo del abastecimiento de energía en un contexto en el que, por ejemplo, la línea de transmisión de energía eólica de La Guajira está atrasada, en parte por 40 consultas previas con comunidades de territorios por las que pasan estos proyectos y que están pensados para generar 2.200 megavatios en energías renovables.

Santiago Ortega, experto de la Silla Llena y director de innovación de Emergente Energía Sostenible, también comparte las dudas sobre el entendimiento de la complejidad del sector por parte de la administración entrante: “Hay gente que critica la tecnocracia, con toda la razón. Pero hay unos ministerios que necesitan formación técnica más que otros, y ese es el caso particular del Ministerio de Minas y Energía, que tiene que trabajar con datos complejos sobre precios de la energía, subsidios y mediciones de suministros y disponibilidades cambiantes de recursos”, dice.

A Ortega le preocupa que la ministra no tenga la capacidad técnica de abordar decisiones complejas que su cartera tiene que tomar pronto. Particularmente, para él, poner a funcionar las dos primeras unidades del proyecto de la hidroeléctrica de Hidroituango:

“Ella tendrá que garantizar, en el corto plazo, que avance la obra de Hidroituango. Si no pasa esto, es un problema grande porque el país se quedará con un hueco en la generación energética (El proyecto está pensado para generar, en planes, el 17% de la demanda energética de Colombia). Si no hacemos esto, cuando llegue el próximo fenómeno del niño, nos vamos a enfrentar seguramente a un nuevo apagón grande en el país”, dice.

Otro tema urgente que tendrá que decidir es qué hacer con el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, que es superior a los $14 billones (más de la mitad de lo que espera recaudar la tributaria de Petro), y que ha servido para subsidiar el precio de la gasolina para los consumidores en un contexto global de aumento de los precios.

Juan Camilo Cárdenas, de Uniandes, dice que está en desacuerdo con que Vélez sea considerada como una persona sin conocimiento técnico: “No es que no tenga experiencia, sólo que su experiencia es con sectores a los que ese ministerio usualmente no les ha concedido tanta importancia, como las comunidades. Si es por experticia, siempre habrá algo que un ministro no sepa, y para eso están sus asesores”, dice.

Tampoco cree que el choque con otros sectores vaya a ser tan fuerte como algunos creen: “yo la veo teniendo conversaciones con agricultura, con comercio exterior, y con el sector privado y la industria en general. Me da la sensación de que es una persona que está dispuesta a escuchar otras perspectivas, así tenga sus convicciones sobre el sector”, dice.

Por su parte, la industria de hidrocarburos (que aporta el 18 % de los ingresos corrientes de la Nación y que representa el 40% de las exportaciones) recibe la designación sin los guantes puestos. Francisco Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleos, felicitó a Vélez por su nombramiento e incluso ha salido a defenderla ante rumores ya desmentidos de que no podría posicionarse por no cumplir requisitos para el cargo: “estamos abiertos a aportar en la construcción de una política energética responsable”. Aunque no se han reunido todavía con ella, el sector sí lo ha hecho ya con José Antonio Ocampo, el Ministro de Hacienda, quien les dijo que Colombia debe mantener su autosuficiencia en petróleo y gas.

La ministra Vélez responde al escepticismo y dice que lleva muchos años trabajando con ingenieros e ingenieras, y que busca hacer puentes de conocimiento con otros sectores: “Seguramente tendré que rodearme de gente que sabe de la absoluta técnica de los asuntos, pero también espero que esos sectores reconozcan lo que tenemos por aportar y el compromiso que tenemos con el cuidado de la casa grande y con las comunidades”, dijo en una entrevista reciente.

Vélez, que comienza su ministerio como una de las fichas claves para sacar adelante la agenda de Petro en materia de transición energética, llega con una visión donde lo que se sabe es que buscará que los intereses de las comunidades tengan más peso a la hora de ponderar soluciones a conflictos medioambientales en sus territorios. Pero será en las muchas otras decisiones complejas que tendrá que tomar como líder de la cartera energética donde se sabrá qué tanto peso tendrán otros grupos y otras voces que, esta vez, no entran de primeros a la cita con la ministra. 

Soy editor de la Silla Académica y cubro las movidas del poder alrededor del medioambiente en la Silla.