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‘El propósito nacional’

El pesimismo de los colombianos, que se expresa también en las encuestas, es un mal augurio.

Difícil recordar una situación de tanta incertidumbre con respecto al futuro como la que se respira en la actualidad. La insatisfacción con el proceso político conducente a las elecciones del año próximo es muy grande. Hay no sé cuántos precandidatos y candidatos, pero casi nadie sabe qué piensan, ni qué proponen.
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Jorge Giraldo Ramírez es un sobresaliente intelectual antioqueño, filósofo y profesor emérito de la Universidad Eafit. El año pasado publicó el libro Democracia y libertad (Lecturas Comfama), con el objetivo de traer al debate público la preocupación de hoy en día en el mundo sobre la vigencia de la democracia como sistema de gobierno. Como lo escribe en la introducción, "las fuerzas políticas tradicionales en Occidente, esto es, el liberalismo, el conservatismo y la socialdemocracia, han mostrado poca capacidad de reacción y no muestran imaginación ni creatividad para elaborar propuestas renovadoras y atractivas para el electorado". Tal cual lo que está sucediendo en Colombia, en donde los partidos no tienen candidatos y los candidatos no quieren tener nada que ver con los partidos.
Siendo un personaje inquieto y preocupado por el futuro, mientras armaba su libro Giraldo se topó con el discurso de Alberto Lleras Camargo titulado 'El propósito nacional', pronunciado en diciembre de 1959 ante los miembros de la Sociedad Económica de Amigos del País, en el cual se preguntó "hasta qué punto la política interpreta y decide el propósito nacional". Decidió, entonces, incorporarlo en el libro, para enorme fortuna de sus lectores. Allí, Lleras advirtió que si la respuesta a su interrogante es que la política no interpreta el propósito nacional, "se convierte, con rapidez prodigiosa, en una rutina, en una repetición oscura de actos cuyo origen y objetivo escapan totalmente a quienes los ejecutan y a quienes los presencian".

No hay una institución que concite el cariño de la población ni un individuo cuyo nombre merezca su aceptación, sino un peligroso vacío.

Es la descripción perfecta de la situación de la campaña por la Presidencia de la República, convertida en la rutina de cada cuatro años para cumplir por cumplir con el rito de la democracia, sin que los muchos interesados en conseguir los votos ofrezcan a los electores una visión de futuro que traduzca un propósito nacional. No sorprende, por tanto, la apatía de los colombianos, reflejada en las encuestas, en las cuales no aparece la inclinación del público por candidato alguno, excepción de aquella por el candidato puntero, cuyo propósito, ese sí, es borrar la historia y lanzar el país al vacío.
A pesar de que la forma de gobierno en el país obedece a los conceptos prevalecientes en la cultura occidental, para Lleras, "la democracia, sin unas instituciones que el pueblo quiera, defienda, respete, entienda y utilice, es un gran artificio y está sujeta a los más graves peligros". El pesimismo de los colombianos en la hora actual, que se expresa también en las encuestas, es un mal augurio. No hay una institución que concite el cariño de la población ni un individuo cuyo nombre merezca su aceptación, sino un peligroso vacío. Y, de acuerdo con el mismo Lleras, "la política tiene, como se decía de la naturaleza, horror al vacío”.
* * * *
El país atraviesa una de las más graves y complejas situaciones de su historia. No es solamente una crisis económica. La pandemia exacerbó los problemas sociales que ya existían y los desnudó. Es posible encontrar soluciones para resolverlos. Pero no saldremos de la crisis sin la acción política. Y esta pasa por decidir un propósito nacional, una visión de la sociedad en la cual vivan nuestros nietos.
"Una nación sin propósito es una nación que vive solo en el día a día", escribe Jorge Giraldo en la presentación de su libro. Así, ni el país ni la vida tienen sentido.
CARLOS CABALLERO ARGÁEZ
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